No, no va a volver.

Ya no me escribe como antes, sus versos no inundan ya mis ojos de esperanza, ya no recorren mi mente sus palabras, ni sigue mi mirada sus puntos suspensivos. Porque él ya no me escribe como antes, simplemente no me escribe. Y mis versos van hacia él, pero nunca los leera. Nunca más sabra de mí, porque nunca volverá. Vendrán otros, pero no serán él. Nadie puede serlo. Ya no espero que me escriba como antes, sé que no me escribirá como antes. Sé que ni si quiera me volverá a escribir. Y mis ojos buscarán esos puntos suspensivos, esperando que sea él quien escriba, y mi corazón se acelerará al saber que puede ser él. Pero luego mis lágrimas caerán al ver que no es él, que nunca volverá.